Cómo conservar las hojas de aloe

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El aloe vera es una planta suculenta que se ha utilizado durante miles de años para tratar tópicamente quemaduras, heridas y otras afecciones de la piel, según la Clínica Mayo. La hoja fresca es la mejor fuente del gel de aloe puro que se usa en la piel. Muchas de las preparaciones comerciales están adulteradas con conservantes o procesadas para mantener el gel de aloe fresco. Pero el aloe en sí mismo puede conservarse en casa y usarse siempre que la ocasión requiera algún medicamento curativo para el aloe.

Paso 1

Congelar las hojas. El mejor método para almacenar y preservar sus hojas de aloe vera es ponerlas en bolsas herméticas Ziploc y ponerlas en el congelador. El aloe se mantendrá indefinidamente si se congela y no se debe calentar para descongelar. En cambio, deja las hojas a temperatura ambiente durante un par de horas.

Paso 2

Encurtir las hojas. Frota y lava las hojas de aloe. Pase el frasco o los frascos por el lavavajillas a temperatura alta. Seque bien los frascos. Llena los frascos con hojas de aloe. Vierta el vinagre de manzana en la parte superior del frasco. Cierre bien la tapa y refrigere. El aloe en escabeche se mantendrá durante varios meses en el refrigerador.

Paso 3

Planta las hojas. Muchas personas plantan hojas de aloe en una maceta pequeña con tierra seca para tener siempre a mano hojas frescas de aloe. Mantenga la hoja de aloe en un lugar cálido con sol parcial para alentar el enraizamiento y la salud en general. Asegúrese de regar solo ligeramente la capa superior del suelo, ya que el aloe es una planta del desierto y prospera en climas que son en su mayoría secos. Este método funcionará mejor con hojas que tienen un tallo o raíz unida a ellas.

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